INTRODUCCIÓN AL APOCALIPSIS - III
EL APOCALIPSIS COMO CULMINACIÓN DE LA BIBLIA: EL CUMPLIMIENTO MESIÁNICO ESCATOLÓGICO.
En la descripción anterior de la disposición del libro aparece ya indicado el tema dominante del libro, su estructura profunda, que consiste en la proclamación del Reinado de Dios y de su Cristo, 11, 15-17; 12, 10; 20, 2.10, y de los poderes hostiles, 19, 20-21; 20, 9.
Las numerosas referencias al Antiguo Testamento permiten al autor expresar el cumplimiento de las promesas divinas, dejando claro que el agente del cumplimiento es el Dios Todopoderoso, 1, 8; 4, 8; 11, 17; 15, 3; 16, 7; 16, 14; 19;6, 19, 15; 21, 22. Junto al término “Todopoderoso” y a veces ligado al mismo, encontramos el nombre divino “El que es, el que era y el que va a venir”, 1, 4.8. Esta denominación es una actualización del Nombre divino “Yo soy” de Exodo 3, 14, con la mediación targúmica, y pone también de relieve que Dios va a intervenir definitivamente en la consumación de la historia.
Jesucristo es el realizador del designio divino. Es el Hijo de Dios, 2, 18, el Mesías lleno del Espíritu, 3, 1, que tiene la llave de David, 3, 7, el León de Judá y Retoño de David, 5, 5; ver 22, 16, el Amén, el Testigo fiel, 3, 14; ver 1, 4. Él es el Príncipe de los reyes de la tierra, 1, 4, que ha lavado los pecados con su sangre y ha constituido un pueblo sacerdotal, 1, 5-6; 5, 10. Él es el Cordero a quien se entregan los destinos de la historia, 5, la Palabra de Dios, 19, 13, que actúa en el combate escatológico, 19, 11-16. Es el Rey de reyes y Señor de señores, 19, 16; ver 17, 14. Es el Esposo, 19, 9; 21, 2.9.
El Apocalipsis presenta también a Jesucristo con rasgos divinos en la visión del Hijo del hombre, 1, 13ss, en que se la aplican el título “El Primero y el Último”, 1, 17; 2, 8, el título que se aplicaba a Dios en Isaías 44, 6; 48, 12. Asimismo la participación del Cordero en el Trono divino y la adoración que le tributan los Ancianos y los Vivientes, 5, 8-14, indican este carácter divino.
La fe cristiana trinitaria está presente también en la mención del Espíritu, tanto en el saludo inicial, 1, 4, como en el mensaje a las iglesias, 2, 7.11.17.29; 3, 6.13.22; asimismo en otras proclamaciones, 14, 13; 22, 17.
El cumplimiento mesiánico escatológico implica la derrota de las fuerzas hostiles y la victoria de los elegidos en la Jerusalén celestial, que como hemos dicho, es el contenido de la parte profética del Apocalipsis.
Invitamos al lector a dejarse ganar por el conjunto de imágenes, complicado, pero poderoso, con el que el autor ha revestido su mensaje de certeza y esperanza. El sacrificio del Cordero ha obtenido la victoria postrera y, sean cuales fueren los males que la Iglesia de Cristo padezca, no puede dudar de la fidelidad de Dios hasta el momento en que venga el Señor, “pronto”, 1, 1; 22,20. El Apocalipsis es la gran epopeya de la esperanza cristiana, el canto de triunfo de la Iglesia perseguida.
Fuente : Biblia de Jerusalén, 4a. Edición, Feb 18/2009