Blogia
Palabra Creadora

EPISTOLAS DE SAN JUAN, III

EPISTOLAS DE SAN JUAN, III

Tercera Epístola

Catorce versículos dirigidos a Gayo, una persona en particular. Este Gayo parece haber sido no un eclesiástico sino un hombre de leyes. Es alabado por San Juan por su hospitalidad con los hermanos visitantes (versículos 2 – 9). Sigue luego el Apóstol: “He escrito algunas cosas a la Iglesia; pero Diotrefes, que ambiciona el primer puesto entre ellos, no nos acepta” (versículo 9). Este Diotrefes podría haber sido el obispo de la Iglesia. Se lo encuentra completamente en falta, y Demetrio es puesto como un ejemplo. Esta corta carta “hermana gemela”, como la denomina San Jerónimo, a la segunda carta de San Juan, es un asunto completamente personal. No hay discusión doctrinal en ella. Se insiste en la lección de la hospitalidad, especialmente en el cuidado de los predicadores del Evangelio. La referencia más antigua del reconocimiento de la carta como Apostólica es de San Dionisio de Alejandría (siglo tercero). Eusebio se refiere a la carta llamada “la segunda y tercera de Juan, ya sea que pertenezcan al evangelista o a algún otro con su nombre” ("Hist. eccl.", III xxv; Schwartz, II, 1, p. 250). La canonicidad de esta carta ya ha sido tratada. El saludo y su final son evidencia interna de haber sido compuestas por el autor de la carta previa de Juan. El estilo simple y afectuoso, la firmeza del rechazo a Diotrefes son estrictamente Joánicos. No se sabe nada en concreto sobre el momento y lugar de su escritura, pero en general se supone que las dos pequeñas cartas fueron escritas por Juan hacia el final de su larga vida en Éfeso.

 

Fuente:  Enciclopedia Católica

0 comentarios