EVANGELIO SEGUN SAN JUAN (X)
PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS (CAPS. 18-19)
Con este relato Juan se acerca al evangelio de Marcos. En ambos relatos se detecta un mismo esquema en cuatro actos: prendimiento, interrogatorio por el Sumo Sacerdote Judío, proceso ante Pilato, crucifixión- sepultura.
Prendimiento de Jesús en el huerto allende el Cedrón (18, 1-12). La denominación de los Sinópticos para el lugar al que Jesús y sus discípulos se dirigieron después de la Última Cena al Getsemaní o Monte de los Olivos. Juan habla de que Jesús cruza el torrente Cedrón y va a un huerto. La oración al Padre para verse libre de esa hora, que en Mc 14, 35 se halla en ese contexto, ha aparecido antes en Juan (12, 27-28). De este modo la escena joánica se centra toda en el prendimiento, con un Jesús deseoso de beber la copa que el Padre le ha alcanzado (cf. Mc 14, 36). Hay aquí rasgos peculiares de Juan: Jesús sabe que Judas va a venir y sale a su encuentro; cuando se identifica a sí mismo con las palabras “Yo soy”, la cuadrilla que va a arrestarlo, que consiste en policías judíos y una cohorte de soldados romanos, cae en tierra ante él. Todo esto se corresponde con la imagen que gobierna toda la pasión en Juan, la de un Jesús que todo lo controla: “Nadie me quita la vida, soy yo quien la da por sí mismo. Tengo poder para darla y poder para volverla a tomar (10, 18).
Anás interroga a Jesús; negaciones de Pedro (18, 13-27). Todos los evangelios presentan a la cuadrilla que detiene a Jesús entregándolo en el palacio del Sumo Sacerdote judío para ser allí interrogado, interrogatorio que es acompañado por escenas de injurias e insultos a Jesús y por las tres negaciones de Pedro. Sólo en Juan no hay sesión del Sanedrín que decide la muerte de Jesús (ésta ha tenido lugar antes, ver 11, 45-53), y aunque se menciona a Caifás, es Anás quien dirige el interrogatorio. Pa presencia de otro discípulo conocido del Sumo Sacerdote sirve de introducción a las negaciones de Pedro, probablemente el Discípulo amado que sólo aparece en Juan.
Fuente : Evangelio según Juan, Raymond Brown
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