EL LIBRO DEL PROFETA ZACARÍAS, PARTE II
La segunda parte que va del capítulo 9 al 14, que además comienza con un título nuevo, 9,1, es del todo diferente. Las piezas no tienen fecha y son anónimas. Ya no se habla de Zacarías ni de Josué ni de Zorobabel ni de la construcción del Templo. El estilo es diferente y utiliza con frecuencia los libros anteriores, sobre todo Jeremías y Ezequiel. El horizonte histórico ya no es el mismo: Asur y Egipto vienen a ser nombres simbólicos de todos los opresores.
Estos capítulos fueron compuestos probablemente en los últimos decenios del siglo IV a. C., después de la conquista de Alejandro. A pesar de los esfuerzos últimamente renovados para probar su unidad, debemos admitir que son heterogéneos. Se distinguen dos secciones, introducidas cada una de ellas por un título, 9, 11 y 12, 14; la primera está casi en su totalidad en verso, la segunda casi enteramente en prosa. Se habla de un Deutero-Zacarías y de un Trito-Zacarías. En realidad se trata de dos composiciones que también por su parte son heterogéneas. La primera se vale al parecer de antiguos trozos poéticos, preexílicos, y se refiere a sucesos históricos difíciles de precisar (la aplicación de 9, 1-8 a la conquista de Alejandro parece la más probable). La segunda parte, 12-14, describe con terminología apocalíptica las pruebas y las glorias de la Jerusalén de los últimos tiempos. Pero la escatología (doctrina referente a la vida después de la muerte), tampoco está ausente de la primera parte y algunos temas se encuentran en las dos secciones, por ejemplo, el de los “pastores del pueblo”, cap 10, 2-3; 11, 4-14; 13, 7-9.
Esta parte del libro es importante sobre todo por su doctrina Mesiánica, que tampoco ofrece una unidad; el resurgimiento de la Casa de David, espera de un Mesías humilde y manso, anuncio misterioso del Traspasado, es una teocracia guerrera pero también cultual al estilo de Ezequiel.
Los rasgos anteriores se armonizarán en la persona de Cristo, y el Nuevo Testamento cita con frecuencia estos capítulos de Zacarías o al menos los alude.
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