EL LIBRO DEL PROFETA OSEAS
El profeta Oseas vivió hacia el año 750 a. C., en el reino del Norte Israel. Era contemporáneo de Amós. Oseas, hijo de Beeri, profetizó durante un largo período, del 785 al 725 a. C. Su libro fue escrito probablemente entre el 755 y el 725 a. C. Su libro comprende la narración personal de sus mensajes proféticos a los hijos de Dios y el mundo. Oseas es el único profeta de Israel que dejó algunas profecías escritas, las cuales fueron registradas durante los últimos años de su vida.
El propósito de sus escritos era recordar a los israelitas, y de paso a nosotros, que nuestro Dios es un Dios de amor, cuya lealtad al pacto con su pueblo es inalterable. A pesar del continuo extravió de Israel al ir tras de falsos dioses, la fidelidad de Dios es representada en el sufrimiento del esposo de la mujer infiel. Su mensaje también es una advertencia para aquellos que dieran la espalda al amor de Dios. A través de la presentación simbólica del matrimonio de Oseas con Gómer, el amor de Dios por la nación idólatra de Israel es revelado en una rica metáfora en los temas del pecado, el juicio y el amor que perdona. (Oseas cap 1, 2 : “Comienzo de las palabras de Yahvé transmitidas por medio de Oseas. Dijo Yahvé a Oseas : Anda, toma para ti una mujer dada a la prostitución, porque el país se está prostituyendo completamente, apartándose de Yahvé.”
El libro puede dividirse en dos partes : Del capítulo 1, 1 al 3,5 es una descripción de la esposa adúltera y un esposo fiel, símbolo de la infidelidad de Israel hacia Dios a través de la idolatría. Del capítulo 3, 6 al 14, 9, contiene la condenación de Israel, especialmente Samaria, por la adoración de ídolos y su eventual restauración. La primera sección del libro contiene tres diferentes poemas ilustrando cómo los hijos de Dios regresan una y otra vez a la idolatría. Dios le ordena a Oseas casarse con Gómer, quien después de haberle dado tres hijos, ella lo abandona para ir tras sus amantes. El énfasis simbólico puede ser claramente visto en el primer capítulo, mientras Oseas compara las acciones de Israel que abandona su hogar matrimonial para vivir como una prostituta. La segunda sección contiene la denuncia de los israelitas, pero seguido por las promesas y las misericordias de Dios.
Este libro es un registro profético del infinito amor de Dios por sus hijos. Desde el principio de los tiempos, la humanidad ha estado recibiendo el amor, la gracia y la misericordia de Dios, pero todavía no hemos sido capaces de refrenar nuestras malas tendencias. El mensaje del profeta es el amor de Dios, que perdona una y otra vez a su pueblo infiel; igualmente es el profeta de la esperanza, la esperanza de que toda traición humana al amor del Creador, puede tornarse si hay verdadero deseo de conversión, en la semilla de una nueva oportunidad de ser fiel al Señor.
El libro de Oseas tuvo profundas resonancias en el Antiguo Testamento y encontramos su eco en los profetas siguientes, cuando exhortan a una religión del corazón, inspirada en el amor de Dios. Jeremías recibió de él una profunda influencia. No tiene por qué extrañarnos que el Nuevo Testamento cite a Oseas o se inspire en él con cierta frecuencia. La imagen matrimonial de las relaciones entre Yahvé y su pueblo la han repetido Jeremías, Ezequiel y la segunda parte de Isaías. El Nuevo Testamento y la comunidad nacida de él la han aplicado a las relaciones entre Jesús y su Iglesia. Los místicos cristianos la han extendido a todas las almas fieles.
Se recomienda la lectura de : Oseas 2, 18-26 Alianza nueva y universal en el amor. 6, 1-6 Salmo Penitencial, y 11, 1-11 Yahvé va a vengar su amor despreciado – Pero el amor triunfará.
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