SABIDURÍA
INTRODUCCIÓN A LA SABIDURÍA
El Libro de la Sabiduría aparece en los manuscritos griegos con el nombre de “Sabiduría de Salomón”, pero a continuación prevaleció el título más sencillo de “Libro de la Sabiduría”, de donde surgió la denominación moderna de “Sabiduría”. Se trata de un libro escrito originalmente en griego, pero esto no indica que no haya influencias semitas, dada la poderosa influencia de las tradiciones bíblicas y judías.
Autor : Es ficticia la atribución del libro a Salomón, basada en la tradición bíblico-judía que reconoce en el soberano israelita al sabio por excelencia (Ver 1 Re 3, 5-14), a cuya autoría se refiere la literatura sapiencial. El objetivo de esta atribución es el de conferir al libro una autoridad indiscutible y vincularlo a toda corriente bíblico-sapiencial.
El autor, a pesar de acudir a varias fuentes, reúne los diversos elementos en una unidad orgánica, marcada profundamente por su personalidad. El importante estudio literario que se ha hecho en los últimos decenios ha confirmado y puesto en evidencia que la lengua, el estilo, la estructura y la temática teológica confieren a todo el libro una auténtica unidad.
El autor es un judío profundamente religioso que probablemente pertenece a la comunidad de Alejandría en Egipto, abierto a la cultura griega, pero sobre todo animado interiormente de la intención de proponer a sus correligionarios la auténtica tradición de sus padres.
Destinatarios : Este libro va dirigido, en primer lugar a los correligionarios judíos del autor, pero éste podría dirigirse también al mundo pagano, especialmente a los ambientes más sensibles a la problemática religiosa, bien para ilustrar el contenido auténtico de la fe judía contra los numerosos prejuicios y oposiciones de la época, bien para proponer de forma bastante discreta esta misma fe como opción de vida.
Fecha de composición : Probablemente se compuso en los primeros años de la ocupación romana de Egipto por parte de Augusto, que tuvo lugar a partir del año 30 a. C.
Mensaje teológico : En el centro de la teología del libro se yergue la figura de la sabiduría que se presenta como una persona distinta de Dios, animada por un espíritu (Ver cap 7, 22) y sentada en un trono junto a Dios (9, 4). No se trata de un artificio simplemente literario, sino de un medio eficaz para subrayar la realidad de la acción y de la presencia de Dios en el hombre y en el cosmos. Esta sabiduría es el alma de toda la historia de la salvación, a partir de Adán hasta el acontecimiento del éxodo : en efecto, el autor va repasando en su libro la historia de la salvación a la luz de la sabiduría, subrayando precisamente en esa historia la presencia amorosa de Dios en medio de su pueblo.
Esta presencia de la sabiduría es la que permite dar una respuesta al interrogante sobre el destino del hombre después de la muerte y sobre la clamorosa injusticia del sufrimiento del justo y del éxito del impío. Efectivamente, el hombre es inmortal y está llamado a participar de la vida misma de Dios, gracias precisamente al don de la sabiduría.
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