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INTRODUCCIÓN EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN

INTRODUCCIÓN EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN

Un evangelio.   La primera conclusión del evangelio joánico, 20, 31, define a éste y  lo sitúa literariamente.  Es también un “EVANGELIO”, al igual que la más antigua predicación de la Iglesia: una proclamación de la mesianidad y divina filiación de Jesús, partiendo de los “signos”, para desarrollar la fe en Cristo y obtener así la vida.

El evangelio de Juan se presenta como los evangelios sinópticos.  Comienza mostrando el testimonio del Bautista sobre Jesús, refiere a continuación un cierto número de episodios relativos a la vida de Jesús,  muchos de los cuales coinciden con los de la tradición sinóptica; y termina con los relatos de la pasión y la resurrección.  Se distingue, sin embargo, de los otros evangelios por numerosos rasgos: milagros que aquéllos ignoran como el del agua convertida en vino en Caná o el de la resurrección de Lázaro, largos discursos, como el que sigue a la multiplicación de los panes,  cristología mucho más desarrollada, insistiendo especialmente en la divinidad de Cristo.

Estructura del libro. Se han propuesto muchas maneras de dividir el evangelio, todas las cuales contienen una parte de verdad, pero pecan a menudo por exceso de sistematización. Lo mejor es dejarse guiar por las indicaciones más claras dadas por el mismo evangelista.  Por una parte, está claro que insiste en la importancia de las fiestas litúrgicas judías, como jalones de su relato:  tres Pascuas, Cap 2, 13; 6, 4; 11, 55,  una fiesta no precisada Cap 5, 1,  una fiesta de las Tiendas  Cap 7, 2,  una fiesta de la Dedicación, Cap 10, 22.  

Por otra parte,  en diversas ocasiones, consigna cuidadosamente el orden de los días para dividir la vida de Cristo en períodos determinados.  Por ejemplo:  la primera semana del ministerio de Cristo, Cap 1, 19 al 2, 11,   la semana de la fiesta de las Tiendas, Cap 7, 2. 14. 37,   la semana de la Pasión, Cap 12, 1.12; 19, 31.42,   comprendida entre la sepultura simbólica, 12, 7,  y su realización, 19, 38ss; nótese asimismo la evocación de la primera Pascua, en 4, 45,  que forma una inclusión con el capítulo 2, 13-25. 

 

Fuente :  Biblia de Jerusalén

 

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