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Palabra Creadora

INTROD. EPISTOLAS SAN PABLO, XI

INTROD. EPISTOLAS SAN PABLO,  XI

CARTA A LOS ROMANOS – 2ª. PARTE

Sin negar el valor de la economía antigua,  Pablo le asigna los justos límites de etapa provisional en el conjunto del plan de salvación.  La Ley de Moisés, buena y sana en sí,  Rm 7, 12, hizo que el hombre conociera la voluntad de Dios, pero sin comunicarle la fuerza interior para cumplirla;  por lo mismo, no consiguió más que hacerle consciente de su pecado y de la necesidad que tiene de la ayuda de Dios, Ga 3, 19-22; Rm 3, 20: 7, 7-13. Pues bien, esa ayuda de pura gracia, prometida en otro tiempo a Abrahán antes del don de la Ley Ga 3, 16-18; Rm 4, acaba de ser concedida en Cristo Jesús: su muerte y resurrección han obrado la destrucción de la vieja humanidad, viciada por el pecado de Adán, y la creación de una humanidad nueva de la que él es el prototipo, Rm 5, 12-21. 

El hombre, unido a Cristo por la fe y animado de su Espíritu, recibe ya gratuitamente la verdadera justicia y puede vivir según la voluntad divina, Rm 8, 1-4. Es cierto que su fin ha de florecer en obras buenas: pero esas obras realizadas por la fuerza del Espíritu, Ga 5, 22-25;  Rm 8, 5-13, ya no son las obras de la Ley en que ponían orgullosamente su confianza los judíos. Son obras realizables por todos los que creen, aun cuando hayan venido del paganismo, Ga 3, 6-9. 14; Rm 4, 11.  Así pues, la economía mosaica, que tuvo su valor de etapa preparatoria ha caducado ya.  Los judíos que pretenden mantenerse en ella, se colocan fuera de la verdadera salvación.  Dios ha permitido su ceguera para hacer posible el acceso de los gentiles.  Sin embargo, no pierden definitivamente su vocación primera, porque Dios es fiel:  algunos de ellos, el “pequeño resto” anunciado por los profetas, han creído;  los demás se convertirán algún día, Rm 9-11.  

En adelante los fieles de Cristo, sean de origen judío o gentil deben estar totalmente unidos en la caridad y en la ayuda mutua, Rm 12, 1-15, 13.  Estas son las grandes perspectivas que, esbozadas en Gálatas, se amplían en Romanos y nos proporcionan admirables exposiciones sobre el pasado pecador de toda la humanidad y la lucha interior en cada hombre, Rm 7, 14-25, la gratuidad de la salvación, Rm 3, 24 y la eficiencia de la muerte y de la resurrección de Cristo, Rm 4, 24s; 5, 6-11, participadas por la fe y el bautismo,  el llamamiento a todos los hombre para que se hagan hijos de Dios, Ga4, 1-7; Rm 8, 14-17,  el amor lleno de sabiduría del Dios justo y fiel que dirige todo el plan de la salvación con sus diferentes etapas, Rm 3, 21-26; 8, 31-39.  Las perspectivas escatológicas persisten: estamos salvados en esperanza, Rm 5, 1-11; 8, 24;  más al igual que en las epístolas a los Corintios, se subraya la realidad de la salvación ya comenzada; se posee ya el Espíritu de la Promesa a título de primicias, Rm 8, 23, el cristiano vive ahora en Cristo, Rm 6, 11, y Cristo vive en él, Ga 2, 20. 

La Epístola a los Romanos representa pues, una de las más bellas síntesis de la doctrina paulina.  No se trata sin embargo, de una síntesis completa; no contiene toda su doctrina.  El interés primordial que le otorgó la controversia luterana sería perjudicial si nos hiciera olvidar el complemento de las otras epístolas que la integran en una síntesis más vasta.

 

 

Fuente : Biblia de Jerusalén.

  

 

 

 

 

 

 

 

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