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Palabra Creadora

INTRODUCCIÓN AL EVANG. DE SAN LUCAS

INTRODUCCIÓN AL EVANG. DE SAN LUCAS

EL MAGNIFICAT (1, 46-55) Y OTROS HIMNOS.

Se ha tenido como opinión común de que Lucas añadió a su esquema básico ciertos himnos tomados de una colección de cantos poéticos en griego: el Magnificat,  el Benedictus )1, 67-78, el Gloria in escelsis (2, 13-14) y el Nunc dimittis )2, 28-32).

Todos estos  himnos pueden eliminarse fácilmente de su contexto actual y, en verdad, excepto algún verso o frase ocasional que ha podido ser insertada,  como por ejemplo 1, 48.76,  sus referencias no afectan a la acción descrita por el contexto. Estos cánticos reflejan el estilo de la hímnica judía contemporánea, tal como se ve en 1 M (conservado en griego) y en los salmos de acción de gracias de Qumrán (los Hodayot, en hebreo).  En efecto, cada versículo es un eco del AT, de modo que el conjunto es un mosaico de temas escriturarios reutilizados en una nueva expresión de alabanza.  Así,  estos himnos complementan el motivo de promesa/cumplimiento de los relatos de la infancia. 

Es bueno agregar que el Magníficat está moldeado sobre el himno de Ana,  la madre de Samuel,  en 1S 2, 1-10.  Por lo tanto,  la cristología es indirecta y proclama que Dios ha hecho algo decisivo,  pero sin concretar nada respecto a la vida futura de Jesús,  por lo que se ha sugerido que tales himnos pudieron tener como autores a los cristianos de los primerísimos momentos.  En cierto sentido Lucas permanece fiel al origen de estos cánticos poniéndolos en los labios de los primeros que reciben noticias de Jesús.

El Magnificat pronuncido por María , la primera discípula, es especialmente significativo porque, tras haber oído que su hijo habrá de ser el Hijo de David e Hijo de Dios, convierte este mensaje en buenas nuevas para los humildes y hambrientos y en amenazas para los ricos y poderosos.  Su hijo, luego en el evangelio, hará lo mismo.  La voz celestial dice: "Tú eres mi Hijo muy amado" ( ver Lc 3, 22), y Jesús la convierte en bienaventuranzas para los pobres, hambrientos y tristes,  y en amenzas para los ricos, satisfechos y llenos de gozo 86, 20-26).  Por ello,  el Magnificat ha tenido mucha importancia en la teología de la liberaciòn.

 

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