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Palabra Creadora

EL PROFETA ISAÍAS, PARTE III

EL PROFETA ISAÍAS,  PARTE III

EL SIERVO DE YAHVÉ

En su libro,  el Profeta Isaías,  incluye cuatro piezas líricas,  los “Cantos del Siervo” (Cap 42, 1-4; 49, 1-6; 50, 4-9; 52, 13 al 53, 12.  Presentan a un perfecto discípulo de Yahvé (del Yahvé que reúne a su pueblo y es luz de las naciones), que predica la verdadera fe, que expía,  con su muerte los pecados del pueblo y es glorificado por Dios.  Estos pasajes son los más estudiados del A. T., y no hay acuerdo ni en cuanto a su origen ni en cuanto a su significación.  Parece muy probable la atribución de los tres primeros cantos al Segundo Isaías;  es probable que el cuarto se deba a uno de sus discípulos.  Se discute mucho la identificación del Siervo. A menudo se ha visto en él una imagen de la comunidad de Israel, a la que efectivamente otros pasajes del Segundo Isaías dan el título de “siervo”.  Pero los rasgos individuales están demasiado marcados, por lo que otros exegetas reconocen en el Siervo a un personaje histórico del pasado o del presente; en esta perspectiva, la opinión más atrayente es la que identifica al Siervo con el mismo Segundo Isaías;  el cuarto canto habría sido añadido después de su muerte.  

Se ha considerado al Siervo como un individuo que reúne en sí los destinos de un pueblo.  De todos modos,  una interpretación que se limite al pasado o al presente no explica suficientemente los textos.  El Siervo es el mediador de la salvación futura, y esto justifica la interpretación mesiánica que incluso una parte de la tradición judía ha dado de estos pasajes,  excepto en el aspecto del dolor.  Por el contrario, son precisamente los textos acerca del Siervo doliente y su expiación vicaria los que Jesús ha recogido aplicándoselos a sí mismo y a su misión.  Ver Lucas 22, 19-20.37; Marcos 10, 45 y la primera predicación cristiana reconoció en él al Siervo perfecto anunciado por el Segundo Isaías (Mateo 12, 17-21 Juan 1, 29). 

La última parte del libro,  capítulos 56 al 66,  ha sido considerada como obra de algún otro profeta, al que se le ha llamado el Trito-Isaías o Tercer Isaías.  Hoy en día se reconoce generalmente que es una colección heterogénea.  El Salmo (largo poema que tiene la forma de un salmo de súplica colectiva) 63, 7 al 64, 11 parece anterior al fin del Destierro;  el Oráculo  del cap. 66, 1-4 es coetáneo de la reconstrucción del Templo hacia el 520 a. C. El pensamiento y el estilo de los caps. 60-62 los emparentan muy estrechamente con el Segundo Isaías.  Los caps. 56-59,  en conjunto pueden datar del siglo V a. C.  Los capítulos 65 y 66,  con la excepción del 66, 1-4,  de sabor fuertemente apocalíptico, han sido datados por algunos exegetas en la época griega,  pero otros los sitúan a la vuelta del Destierro.

No se sabe nada más de la vida del Profeta Isaías después del año 700.  Según una tradición judía, habría sido martirizado bajo Manasés.

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